lunes, 8 de febrero de 2016

vaivén

























Uno escribía el nombre de la mujer amada con sopa de letras
Mientras la pasta se enfriaba en el plato.
Otro era mitad soledad y mitad multitud.
Los estoy vigilando.
Uno andaba con la espada sangrienta en la mano.
Otro fingía que sentía lo que de verdad sentía.
Este decía que no cabe en el poema lo que vale el frijol.
Los estoy vigilando.
Este ve la vida como origen de su inspiración,
La vida que es comer, defecar y morir.
Todo poeta es un loco.
Los estoy vigilando.
Y también tiene que estar loco el pintor
Y el músico y el narrador.
La locura es buena
Para todo creador.
Como para los cocineros
O cualquier inventor.
Los estoy vigilando.
Es mejor estar cojo que ciego.
La poesía es un puchero.
Todo cabe dentro de ella.








"Puchero",  Rubem Fonseca
Fotografía por Harry Callahan, (Detroit, Michigan), "Chicago 1960"
Copenhagen - Jakob Bro